Buscar en este blog

sábado, 2 de octubre de 2021

Toda una revolución en el Real Ingenio de Segovia.

Es en 1609 cuando el cincuentín del Real Ingenio de Segovia nace por primera vez.

Bajo el reinado de Felipe III, el grabador Diego De Astor y el ensayador Rodríguez Del Castillo, juntarán todas sus destrezas para elaborar una de las monedas más importante de todos los tiempos.

Estos módulos grandes de 50 reales (cincuentines) unidos a los de los 100 escudos (centenes) presentaban en su labra, todo un desafío tecnológico en la época, y fueron concebidos no tanto para circular (que sí que se dio algún caso) sino, como medio de ostentación del poder emisor. El Real Ingenio de Segovia, que inició sus primeras acuñaciones, allá por los años 1586, debe considerarse como una de las primeras fábricas mecanizadas de toda Europa... Adelantándose casi 200 años, a las características comunes de las distintas factorías de producción de la Primera Revolución Industrial del siglo XVIII.

Tal vez, la elaboración de este tipo de piezas, respondía a la intención de Felipe III de recuperar el prestigio que la nueva casa de moneda segoviana, se merecía... Perdido en parte, en época de su padre, Felipe II, cuando las primeras emisiones con valor de 8 reales, sufrieron deliberadamente, una merma importante en la liga de plata, con el ensayador burgalés Juan De Morales... Constituyéndose un verdadero Fraude Real, que desencadenó en un rechazo de toda Europa, hacia el uso de esta nueva labra de moneda. Os recomiendo a este respecto, el libro de Glenn Murray:  "Fraude Real: Las Aventuras Monetarias de Felipe II en el Real Ingenio de Segovia"

Estas acuñaciones, también pudieron lograrse, gracias al apetito voraz de Felipe II en temas relacionados con la alquimia, con los descubrimientos y con la asunción de nuevas  técnicas en la acuñación... Y por supuesto, porque el Ingenio de Segovia, era pertenencia exclusiva de la Casa Real... Fenòmeno que no ocurría en el resto de las cecas españolas.

Si fue ese, el planteamiento de Felipe III, la verdad, es que surgió efecto... Porque, es a partir de entonces, cuando el Real Ingenio de Segovia, se consolida como una de las "empresas" más importante de todos los tiempos, con logros nunca vistos antes... los Centenes y Cincuentines de gran tamaño, con un poder intrínseco evidente e innegable, son una buena prueba de ello.



Cincuentín de Felipe IV de 1631, subastado en Berlín. Precio de remate, 70.000 euros.


Los primeros cincuentines, fueron ensayados por Melchor Rodríguez Del Castillo, que trabajó en la Ceca de Sevilla de 1590 a 1591... más tarde en la Ceca de Madrid de 1591 a 1592 con C, como letra de ensaye. Es en 1597 y hasta 1602, y después, de 1607 a 1611, cuando ensayará moneda en el Real Ingenio de Segovia.

Con respecto al primer periodo de ensaye en la nueva fábrica de producción monetaria de Segovia, destacan las monedas con valor de 2 y 4 maravedíes en el Reinado de Felipe II (de 1597 a 1598). Son monedas, éstas, con la típica leyenda "Omnivm" y letra C a la izquierda del castillo, como marca de ensaye.

A partir de 1613 ensayará en la Ceca de Toledo.

El grabador de estos primeros cincuentines, es Diego De Astor... Uno de los grabadores más importantes de todos los tiempos y que trabajó en el Real Ingenio de Segovia, al servicio de Felipe III y continuó, con el reinado de Felipe IV... Podéis visitar esta entrada que hice al respecto.

La gran labor de propaganda real, iniciada con Felipe III a raíz de los cincuentines, tiene su consolidación en reinados posteriores... Precisamente Carlos II Acuña su último cincuentín en 1682.

171,5 gramos de peso y 76 mm de tamaño, además de su contenido en plata labrada por rodillos movidos por la acción de la fuerza del agua, son las credenciales de estos excepcionales cincuentines.

Aunque parece ser que no se dictó ley alguna sobre la emisión de esta serie de cincuentines, la composición de los mismos, sí estaba al corriente de la pragmática de 1566 (de la Nueva Estampa...) Mediante licencia real, se concedía el derecho de acuñar estas piezas, a gremios determinados de la época en cuestión (personal administrativo, nobles, duques, reyes, mercaderes...) Los interesados, solían aportar la plata correspondiente al número de cincuentines permitidos, para la fundición, siempre acorde al número de cincuentines autorizados que se les concedía labrar... abonando a su vez, el pago de impuestos, como el de señoraje.

Estas son las fechas de los cincuentines que se conservan a día de hoy...


1609, 1610, 1613, 1614, 1617, 1618, 1620, 1622, 1623, 1626, 1628, 1631, 1632, 1633, 1635, 1636, 1651, 1652, 1659 y 1682.


Aunque seguramente se labraron más, en otras fechas, como la de 1615... Constancia se tiene de un cincuentín a partir de una reproducción sigilar de la colección del barón de Valdeolivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes comentar sobre la entrada