sábado, 20 de febrero de 2021

La falsificación de los vellones de busto en el reinado de Felipe IV y Carlos II.

Hemos comentado ya en alguna que otra entrada, el problema que tuvo la España del siglo XVII con las falsificaciones de la moneda circulante (Entrada 1, Entrada 2, Entrada 3, Entrada 4Entrada 5...) La cantidad de numerario falso generado en esta época, fue tan abismal, que entre mediados del primer cuarto, del siglo XVII, la propia Inquisición, tuvo que tomar cartas en el asunto, para paliar tan grave delito considerado de lesa majestad.

Subasta Áureo y Calicó 25/05/2017. 4 maravedíes ceca de Burgos. Ceca Oficial.


Pero a pesar de las penas que se infringieron a los infractores, no se consiguió frenar tal actividad delictiva, lejos de ello, la misma, creció hasta límites antes nunca vistos, consolidándose el final del Reinado del Rey Planeta, como uno de los periodos más convulsos en cuanto a la economía se refiere… favoreció a esta ciecunstancia, la enorme cantidad de falsificaciones que se desarrollaron de 1660 a 1664.

En estos 4 años,  es cuando se emite la creación de un vellón inédito hasta la fecha. Fue tal periodo, el punto de llegada de unas políticas económicas muy convulsas, heredadas del propio Felipe III. Destacan sobre manera, las pragmáticas referentes a las siguientes fechas: 1636, 1641, 1651, 1654, y 1658… en todas ellas, se establece un cambio en el valor nominal de las monedas anteriormente acuñadas, mediante resello. Una “contramarca” que fija valores nuevos, y en las que quedan visibles, las marcas de valor, ceca y año de la propia pragmática.


A partir de 1660, la moneda de vellón de Cecas oficiales, emula al arte de ciertas piezas con contenido intrínseco más noble; como son, las piezas de oro y las de plata. Se introduce por primera vez, el busto del monarca mirando a derechas (en alguna ceca, mira a izquierdas… aunque se da en casos muy aislados) en un intento, de romper de golpe, con toda la tradición anterior, que se centraba en la presencia del león y del castillo, tanto en anverso como en reverso de la moneda… se sitúan también, en estos primeros numerarios de 1660, las conocidas columnas de Hércules... A partir de 1661, éstas desaparecen... este factor, sin embargo, no va a ser un impedimento, para que los falsarios sigan haciendo de las suyas. 


Algunos falsificadores, llegaban a emular tan bien el arte de sus monedas, que resultaba muy difícil, el que éstas, fueran reconocidas como falsas. De hecho, todavía hoy en día, hay piezas que siguen "navegando entre dos aguas". Pero no sólo, la impronta de estas monedas falsas estaba bien conseguida, si no, que los procedimientos técnicos que empleaban, también eran los apropiados. A este respecto, los propios falsarios, utilizaban pequeñas prensas de acuñación, con rodillos, que les facilitaba la tarea… en otras ocasiones, si estaban ajenos a este tipo de herramientas, echaban mano de sacabocados, para recortar los cospeles, de una manera muy concéntrica, y posteriormente, ser acuñados a golpe de martillo.

Foto de Imperio Numismático. Falsa de época, con pátina de monetario.


Los falsarios, solían utilizar metales diversos para sus acuñaciones, entre los que se incluían calderos (de ahí seguramente el nombre de “calderilla”) y monedas antiguas, que aplanaban a golpe de martillo, para hacerlas más grandes y delgadas… a veces, estas monedas era recortadas y convertidas en más monedas, consiguiendo “mayor numerario” falsificado... Otras veces cogían vellones de busto originales y sacaban toda la plata que albergaban… con el cobre que quedaba, volvían a acuñar moneda falsa.

Muchas monedas de vellón salían al extranjero para ser fundidas. Eran compradas a un precio alto, con gran cantidad de moneda falsa, que evidentemente, entraba en la península y agravaba la situación económica española.

Un dato curioso a tener encuenta, es que después de la muerte de Felipe IV, ya con el reinado de su hijo, Carlos II, es posible que se siguieran acuñando monedas de vellón de busto, pues, no es hasta pasados 16 años, cuando se establece por nueva pragmática, la creación de los conocidos ochavos de este último Austria. 

Imperio Numismático. Falsa de época. 16 maravedíes de Granada. Pieza de Manu_ Caí.


Hasta 1680, se sigue utilizando los maravedíes de busto, pero Carlos II reduce en una primera fase, el valor de éstos, en un porcentaje muy elevado… y lo hace sobre todo tipo de vellón (tanto rico como el mal llamado “vellón grueso” sin liga de plata). Así, las monedas falsas, son validadas, junto con el circulante proveniente de las Cecas Oficiales, durante un determinado período de tiempo. El monarca, consigue así, posteriormente, recoger todo el cobre presente en dichas monedas, cuando son enviadas a las respectivas Cecas para ser fundidas, con objeto seguramente, de ser reutilizadas en los nuevos ochavos… monedas estos últimas, que ya no tendrán que rivalizar con los felipes de busto… pues serán ilegalizados de por vida.


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