viernes, 10 de agosto de 2018

Cómo "sacar" la plata en los maravedís de busto

Es bastante inusual encontrarnos con maravedís de busto con casi todo su plateado. El problema, es que a veces, las monedas tiene una gran concentración de suciedad, que hace imposible contemplar esta característica tan poco común, y se nos hace necesario retirarla, evitando por todos los medios perjudicar las distintas pátinas de estas interesantes piezas.

Antes de nada, tenemos que observar si la moneda en cuestión posee dicha peculiaridad, ya que son pocas las que conservan ese plateado. Suelen ser piezas de color gris, plateado obscuro, pero que dejan vislumbrar esta esencia plateada en ciertas partes del cospel. La primera impresión (si no hay restos de suciedad) que tendremos, es que la moneda parecerá estar hecha completamente de plata. Ésto ocurre, porque como decíamos en anteriores entradas, en el proceso de acuñación de tales metales, era algo característico, que por diferentes tratamientos químicos, se facilitará  la subida de la plata a la superficie, siendo similar al resultado final, que nos daría un baño de plata.

En ocasiones, no sólo se conserva esta esencia, si no que también, se mantiene el brillo original de la moneda... Yo siempre asemejo estas pequeñas luminosidades, a los "plateados" que se contemplan en la superficie de líquidos como el gasoil o la gasolina.

A veces, la moneda no está tan obscurecida, pero detenta una capa de tierra que tapa todo este brillo....

De una u otra manera, un ojo "experto" sabrá si la pieza conserva esta peculiaridad y si en su tratamiento, puede "quedar" mejor de lo que estaba (siempre evitando destruir la pátina).

El proceso de limpieza es el siguiente:

Cogemos la moneda y la sumergimos en agua destilada. Con un cepillo de dientes con las cerdas cortadas a la mitad y jabón neutro, frotamos la moneda. Aclaramos y secamos con servilleta o trapo, siempre golpeando con los dedos, sin arrastrar el material. Una vez seca, observamos.

Cogemos ahora la moneda, y vertimos encima de ella, zumo de limón (puro). Si la moneda fuera de cobre, tendríamos que tenerla sumergida sólo unos segundos (3 o 4) ya que el limón, es un ácido que ataca inmediatamente a los metales menos nobles, como son el cobre o el bronce.
Si el maravedí de busto, posee poca liga de plata, es mejor no realizar este proceso.

Volviendo al tema que nos ocupa, sumergimos la pieza de vellón rico en este zumo de limón, unos 10 segundos, la sacamos y enjuagamos con agua, después, frotamos con el cepillo de dientes y agua y secamos. Repetiremos este proceso hasta encontrar el resultado esperado (sin forzar los tiempos y siempre con mesura, tampoco nos interesa que la pieza quede del todo reluciente... No queremos que pierda su esencia, su paso en el tiempo). Es importante aclarar la moneda con abundante agua para que desaparezca todo el zumo de limón y evitar así el proceso químico del ácido.

Si la plata es la "correcta" tendremos una pieza de una belleza comparable a una moneda enteramente de plata. Una joya increíble para nuestra colección.

Este tipo de acabado es satisfactorio sólo cuando vemos el potencial que posee la moneda. A veces el plateado obscuro, no es recomendable tocarlo, porque no va a dar más de sí, si intentamos "aclararlo", ya que es parte inmanente de la moneda... en otras ocasiones, veremos, como podemos rescatar ese plateado original, con ese brillo primigénito tan característicos de las "mejores" conservaciones. Sólo la experiencia nos guiará en este proceso.



 16 maravedís de Felipe IV. Sevilla. 1662 
 Antes de la limpieza. (Colección del autor)


 Después de la limpieza a dos tiempos.




                     Antes.


                      Después.

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