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miércoles, 23 de enero de 2019

Falsificaciones de busto sobre monedas originales

En relación a las falsificaciones de los Felipes de busto, existen básicamente, dos modelos existentes;

1) Aquellos, en los que nos encontramos, un cospel inmaculado, como si estuviera la moneda recién acuñada, sin muestras de marcas anteriores. Ésto, podría deberse básicamente a varios procedimientos:

. Ocurría, a menudo, en las cecas oficiales, que con la producción de moneda incipiente de cobre, se aprovechaban piezas de años anteriores, evitando así los gastos generados en conseguir aquellos metales destinados a crear circulante nuevo. A veces, estas monedas se aplastaban a martillazos, sin dejar rastro del arte anterior, asegurando con ello una impresión óptima del nuevo cuño. Los falsarios, después del amartillado, en el que adelgazaban y estiraban las monedas, las cortaban y acuñaban.

. Otras veces, las monedas originales, se fundían y se creaban con ellas, cospeles o rieles nuevos, donde poder estampar los cuños asignados.


Por ello, no es de extrañar, que los falsificadores, imitarán estas técnicas oficiales. Así que,  lo más probable, es que fundieran las piezas o las golpearan, para no dejar rastro del arte antiguo de las monedas y evitar tener que conseguir materia prima nueva, con un mayor coste en la elaboración de sus monedas.


Dichos módulos, se presentan a nuestros ojos, a veces perfectamente nítidos y con un arte, esmerado y cuidado,  tentándonos al engaño, en cuanto a diferenciar esas falsificaciones con las propias monedas originales. Sevilla es una de las cecas más imitadas y suele gozar de diseños muy acertados.

2) Aquellos, en los que se ven resellos anteriores, o leyendas o diseños, de las piezas originales.


Posibles IV maravedís de Felipe IV (falsa de época) sobre moneda original de IV maravedís de Real Ingenio de Felipe III u 8 maravedís de Real Ingenio de Felipe III o IV. Visible la leyenda de la moneda original.

En estos casos, los falsarios, no consiguieron erradicar los "dibujos" de estas monedas, o bien por premura en el trabajo, o bien, por dejadez o simplemente, por asegurarse una reducción de la pena en caso de ser apresados por delito de falsificación. (Cuanto menos se pareciese la falsificación al modelo original, más posibilidades tenía el falsario de minimizar los castigos)

Puede, que sean piezas, en las que no se aplicaron los procedimientos anteriormente descritos, o tal vez, sí se acometieron, pero ligeramente. También, es posible que acuñaran directamente sobre las monedas originales, sin aplanarlas, quedando zonas de grabados de cuños anteriores y cuños recientes, aunque lo más probable, es que amartillaran las monedas para aplanarlas.

Estas reminiscencias de piezas anteriores, son más raras de encontrar y aportan evidentemente, mejores datos sobre la historia de este tipo de monedas, por lo que, personalmente, creo que alcanzan un grado de atractivo mayor.


4 maravedís de Felipe III u VIII maravedís de Felipe III o IV de Real Ingenio de Segovia, como moneda original, con resello a 8 de 1651/2. Encima, 16 maravedís falsos de época con ceca de Sevilla.


En ocasiones, el descuido, o la intencionalidad propia, en la acuñación, ha sido más que evidente... también se han improntado cuños mayores, en módulos más pequeños, correspondientes a valores menores. Esta práctica, puede incluso observarse, en monedas labradas en cecas oficiales y en distintos periodos, bien como pruebas o errores...

Seguramente, existan falsificaciones de época, de estos Felipes, sobre moneda original, con módulo de menor tamaño al que debería corresponderse. Para el falsario, era mejor práctica, ya que de ser así, ahorraría capital. Sólo tendría que estirar el flan a martillazos, hasta conseguir el tamaño deseado, y asemejarlo a un módulo mayor (aunque con menor peso y menor grosor).

En circunstancias determinadas, estiraban monedas originales de gran módulo, que luego, al ser aplanadas y alteradas en una mayor elongación, eran cortadas, aprovechando las distintas secciones resultantes, para reacuñar moneda nueva...sacando así, de un solo flan, varios de ellos.

La práctica de seleccionar moneda antigua para improntar artes falsos, desde mi punto de vista, soluciona una de las incógnitas que se centra, en desentrañar, el "por qué" ciertas monedas de los falsarios, poseen liga de plata...y ésto es debido, sin duda alguna, a que los cospeles de anteriores pragmáticas, ya la albergaban en sus flanes.

Más sobre plata en monedas originales de busto de Felipe IV (aquí y aquí).

Para favorecer a la hacienda española, destinada entre otras cuestiones, a las subvenciones de las diferentes guerras, (más sobre altercados catalanes, guerra contra Francia e independencia portuguesa) se  empezaron a cobrar ciertos impuestos. Uno de ellos, el de almojarifazgo (impuesto de aduanas) aplicando un 5% sobre todos los bienes exportables e importables del territorio peninsular.

Existía también, el Derecho Real de Tonelada, a partir del cual, se cobraba mínimo, un 35% del valor de mercado, de los bienes que albergara el barco, y que llegaran a la tonelada de peso.

Por otro lado, a todo comerciante, que llevara su plata a la respectiva casa oficial de moneda, para ser convertida en lingote, se le exigía un impuesto, por Derecho de Cobos (denominado así por el nombre del secretario del rey Carlos I, Francisco De Cobos) por los gastos de ensaye, fundición y marcado, y en apreciación de quinto real (impuesto sobre la quinta parte de los metales preciosos extraidos en zona de la corona española. El 20 % de las explotaciones mineras le correspondía al rey). Estos lingotes, confeccionados a partir de la plata traída, recibían la consideración de "monedas mayores". Tenían curso legal y con ellos, se podían realizar grandes transacciones económicas.

Los falsarios, también emascaraban la plata y el oro en forma de monedas (falsificaciones de monedas en oro y plata), y las cubrían con un baño de cobre, para no llamar la atención sobre ellas.

8 maravedís de Felipe III o IV, con resello a 8 de 1651/2 y resello del anagrama PVS/RX de 1658/9. Seguramente es una falsificación "de contrabando", hecha con plata extraída de las Américas, cuyo baño de cobre ha desaparecido. Pieza muy rara.


Conseguían así, evadir dichos impuestos... Y una vez, asentadas estas piezas en tierra ibérica, se fundían, y reutilizaban para diferentes cometidos.

miércoles, 16 de enero de 2019

El marco castellano y su relación con las primeras emisiones de 16 maravedís.

El 29 de Octubre de 1660 se establece mediante Real Pragmática, la tercera etapa de producción monetaria del Rey Planeta. 

Fueron años convulsos y complicados en cuanto a la economía española. La moneda, sufría en sus propias carnes, las continuas marcas de los diferentes resellos, ordenados años atrás, y perdía confianza ante los comerciantes, por culpa de un intermitente encarecimiento de la liga de plata y una abusiva y continua imitación, en el quehacer de los falsarios, que sorprendentemente, en ocasiones también utilizaban plata en sus trabajos. ( Más sobre liga de plata en falsificaciones)

Se establece en esta incipiente ordenanza, que la liga de plata en estos nuevos vellones, esté compuesta en una proporción de ley (unidad de medida que define la pureza de los metales preciosos. Quilates en oro, granos en plata) de 200 milésimas (la plata también se mide en milésimas: "1.000 milésimas" pureza máxima.  En realidad, de estas 1.000 milésimas, en monedas de plata "pura", se dejan 75 milésimas para el metal que se alea con la plata, siendo la ley de la plata de cada pieza "pura" de 925 milésimas, por cada moneda. La pureza máxima de la plata, en monedas, es entonces, 925 milésimas, o 280 granos, o 12 dineros. (No confundir con los granos del mínimo divisor del marco)
Estos maravedís, tendrán un valor nominal mucho más alto que el intrínseco (el porcentaje de plata no va a ser siempre el mismo)... Lo que provocará, que de 1660 a 1664, sea el periodo más falsificado de toda la numismática española, ya que el beneficio de los falsarios es mayúsculo. 
16 maravedís de Cuenca.

La pragmática indicaba: "Lábrese una moneda de plata fina ligada con cobre, en lugar de la de vellón simple"...llamadas de "vellón rico" con un contenido de "20 granos" (una catorceava parte de 280 granos) de plata (69 milésimas de fino), con un diámetro de 25 a 27 mm, labrándose 51 piezas por marco castellano. Haciendo cuentas, sale un 7,14 % de plata por cada pieza de 16 maravedís, en relación al fino de la plata de 280 granos.

El marco castellano ( patrón de peso o unidad de canon ponderal) equivalía a 230 gramos. Por lo que la talla de cada unidad ponderal, suponía en maravedís, 51 piezas de unidad mayor (16 maravedís) de 4,51 gramos cada una (cuya suma total dan esos 230 gramos).


Hasta esta nueva etapa, con el reinado de Felipe IV, no se había superado el valor de 8 maravedís. En épocas anteriores, la moneda de cobre con valor más alto (a veces con liga de plata) fueron los 8 maravedís, superados únicamente por los conocidos cuartillos u 8 mavaredís y medio. A partir de 1660 (Primeros años de los Felipes de busto) como dijimos anteriormente, se establece un nuevo valor, el de 16 maravedís con 4,51 gramos cada pieza. Este nuevo vellón, está realizado por acuñación a molino (o bien de sangre o bien de agua). 
16 maravedís con ceca de Valladolid.


También se conocen piezas acuñadas a martillo, pero no de este valor. En esta nueva moneda, se presenta en el "anverso" al busto del monarca, mirando a derechas (a veces con fecha) y en el reverso el escudo de armas junto con la marca de ensayador, valor y ceca (a veces con fecha).

Con la Pragmática de Medina del Campo de 1497 de los Reyes Católicos, se fijó en 34 maravedís la equivalencia del real de plata. Anteriormente a la pragmática, había sido de mucho menos, de 32 maravedís.

Con Felipe IV, la suma de dos módulos de 16 maravedís constituyen casi un real; 32 maravedís, faltan 2 para constituirlo.

Los 16 maravedís, se quedan a 1 maravedí de conseguir la equivalencia del medio real (que son 17  maravedís). Con esta medida se conseguía así evitar crear demasiada calderilla, para intentar no entorpecer las relaciones mercantiles existentes. Estos 16 maravedís contemplarán marca de ensayador, debido al porcentaje de liga de plata que poseen (no siempre se dará el caso de la misma proporción...)

Las penas por falsificación  se incrementaron. Estos maravedís, iban a ser el juguete preferido de los falsarios. Por un lado, su gran valor nominal incentivaba a estos falsificadores, de tal manera, que anteponían a veces los grandes beneficios obtenidos, a su propia integridad física.
Por otro lado, a mayor cospel, más facilidad en realizar el arte de las monedas.

16 maravedís. Córdoba. Rara

Os dejo dos enlaces sobre este tema, para que podáis profundizar. Son del Blog numismático de Adolfo Ruiz Calleja. Os recomiendo que los leáis, y que no paséis de largo los excelentes comentarios que se publican en su blog.

Enlaces:
El Vellón a Molino de Felipe IV (Adolfo Ruiz Calleja de Blognumismatico.com)

Pesos y Leyes en las Monedas de la Edad Media y la Edad Moderna (Adolfo Ruiz Calleja de Blognumismatico.com)

sábado, 12 de enero de 2019

Cajas organizadoras de monedas

Una muy buena opción para guardar las monedas de tu colección, es, introducirlas en las cajas de cartón que confeccionan al efecto, las diferentes empresas de material dedicado a la numismática.


Estas cajas son muy funcionales, ya que pueden albergar un gran número de piezas y posibilitan un almacenamiento correcto y bastante espacioso de nuestras monedas.

Vienen con la típica bolsita de bolitas que absorben la humedad.

Normalmente son de cartón duro, con presencia de brillo en la superficie externa, factor que las hace más llamativas. Por dentro suelen tener compartimentos, de un tamaño ajustado a la medida que necesitan los cartones que guardan las monedas (más aquí), y a las cápsulas Quadrum Intercept.

Están compuestas, estas cajas, por dos módulos; el superior que encaja perfectamente con algo de presión, y el interior, que es donde se almacenan las diferentes piezas, generalmente de manera vertical, con el canto asido al "suelo".



El interior suele venir tintado de negro, y él mismo, suele guardar espumillas separadoras y fijadoras para las piezas.
Ésto, facilita, que los cartoncillos no se caigan, y nos permite establecer supuestas separaciones entre unas series y otras.

También podemos ordenar las monedas y "señalizarlas" con cartoncitos en los que previamente hayamos escrito las peculiaridades más significativas de las piezas, como el reinado, el año, el material del que están hechas, si son monedas originales o falsificaciones (aquí sobre falsarios de numerario de Felipe de busto)... Y un sin fin de posibilidades, en función del tipo de colección que cada uno enfrenta.

Cartones organizados según reinado.

Estas señizalizaciones las colocamos delante de las piezas que hemos clasificado,  garantizando una mejora en el orden visual de nuestras piezas, y dándole más sabor a la organización de nuestra colección.


Son económicas y resuelven problemas de espacio. Yo las recomiendo. No son tan impactantes como los estuches y necesitan de cartones, cápsulas o sobres para organizar la colección... Pero aún así, son llamativas y funcionales, tanto como los estuches metálicos.