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viernes, 1 de enero de 2021

Nueva Variante de 8 maravedíes de 1617 con marca de ensayador.

Es con Felipe II, a fecha de 1597, cuando se establecen por primera vez en el Real Ingenio de Segovia, las primeras acuñaciones oficiales a molino. Nacerán por sus pragmáticas pertinentes, módulos de 4 y 2  maravedíes... por primera vez aparece la palabra “Omnivm” en la leyenda de este tipo de monedas.

Los reales ingenios, supusieron toda una revolución a finales del siglo XVI.

El establecimiento y uso de los mismos, supuso un gran avance en el desarrollo tecnológico, consolidándose la Ceca de de Segovia, en una de las primeras casas con máquinas sofisticadas, que produjeron la transformación de ciertos oficios con larga tradición artesanal, en procesos más mecanizados.

Felipe III, prosigue con la herencia dejada por su padre y establece a partir de 1602, la elaboración de nuevas monedas, en las que sobresaldrá la gran destreza de los abridores de cuño, que trabajarán en la producción de nuevas formas artísticas que improntar en los cospeles, propiciando la creación de verdaderas joyas de arte.

Dentro de este tipo de acuñaciones, destacan sobremanera, las referidas a los módulos de 8 maravedís de Real Ingenio. Monedas que destacan por una belleza implacable.

Por primera vez en la historia, a los cortadillos les sale un competidor, los 8 maravedíes labrados por rodillo... Un digno rival, que  convivirá con ellos bastante tiempo... Monedas que beben directamente de la esencia estilística de sus hermanos mayores, de épocas anteriores, como lo serán, los reales de a 8, acuñados por real Ingenio.

La similitud, de estas monedas de cobre con módulo de 8 maravedíes, en su anverso, con respecto a las de 8 reales, es mayúscula. Está claro, que los 8 maravedís de Felipe III, se fijan en su elaboración, en estas monedas argénteas.

Hay dos diferencias, en cuanto a arte se refiere entre el anverso de un  real de a 8 de Felipe II, o Felipe III o IV, del Real ingenio de Segovia y un 8 maravedís acuñado a molino. En el real de a 8, se muestra el escudo de armas con todos los territorios de la corona, y en los módulos de 8 maravedís, sólo se presenta el escudo de Castilla. La orla interior, que conforma la base sobre la que descansa la leyenda, también está ausente en estos reales de a 8.

Por un lado, en el anverso de los 8 maravedíes, podemos observar, un escudo con corona cerrada, cuyo interior alberga al consabido castillo. 

Normalmente, a la derecha del mismo, se situará el valor de la moneda y a la izquierda, la marca de ceca, que en este caso es el acueducto o "la puente".

Todos estos elementos, aparecerán rodeados por una orla  de puntos, que llega hasta la base de la corona que supera al castillo. Fuera de esta orla punteada, se escribe la leyenda que reza: PHILIPPVS. IIII. D. G Todo rodeado por una gráfila de puntos.

En el reverso, se nos muestra a un león rampante dentro de un escudo. A la derecha del mismo, aparecerá la fecha de la moneda. Todos los elementos del reverso se encuentran rodeados por un orla de puntos circular que llega hasta la base de la corona. La leyenda reza: HISPANIARVM. REX todo dentro de la gráfila de puntos.

Los dos tipos de moneda de cobre y de vellón, que más repercusión histórica tuvieron en el período de los Austrias, por innovación y recorrido, fueron estos módulos de 8 maravedís y los cospeles importados con valor de 16 maravedís acuñados por Felipe IV.

Ambas son de una belleza considerable… los operarios se tuvieron que enfrentar a los avances generados por los reales ingenios, y volcaron toda su experiencia pasada, para extraer por primera vez monedas que salían directamente del riel ya acuñadas.

Por vez primera, tienen que recortar de las láminas de metal, las monedas improntadas, después de haber sido acuñadas. En esta práctica, destacan sobremanera los recortes de los 8 maravedíes de Felipe III frente a los de 16 maravedís de Felipe IV. Rara vez nos vamos a encontrar un recorte desajustado de este tipo de piezas (8 maravedíes), factor que no se producirá con la nueva pragmática de 1660 a 1664, dónde los recortes y desalineacioes de cuño son considerables y están a la orden del día.


Dentro de estos módulos de 8 maravedís, destacan los de 1617 con marca de ensayador… ya hablé sobre estas monedas en esta entrada, de imprescindible visita, si queréis ampliar contenido en relación a estas piezas.



8 maravedís de Felipe III de 1617 del Real Ingenio de Segovia con marca de ensayador que alude a Esteban De Pedrera. Colección del numismático Jorge Sánchez.


Hoy vamos a hablar de una variante muy rara, que he tenido el placer de contemplar.

El compañero Jorge, me ha enviado las fotos y gracias a ello he podido confeccionar esta entrada.

Si ya es difícil contemplar una moneda de estas características (con la marca de ensaye) lo es más, si encima, vemos cómo la leyenda carece de puntuación, consolidándose una variante hasta la fecha, inédita, no catalogada.

A parte, la carencia de esta puntuación, sólo puede ser debida a un error, ya que aparece en anverso y no en reverso... es notoria la equivocación del abridor de cuños a la hora de confeccionar los mismos, ya que tanto anverso como reverso deberían ser iguales en cuanto a este aspecto.



8 maravedís de 1617 con marca de ensayador y sin puntuación entre las letras de la leyenda del anverso. Moneda del compañero Jorge Sánchez.



Pero es que, hay que sumar, que esta moneda, no sólo carece de puntos de separación entre las palabras de la leyenda, si no que también, posee dos rectificaciones de cuño:

1) P sobre H en la palabra Philippvs.

2) Segunda I de Philippvs rectificando sobre una P.

Vemos en esta foto ambas rectificaciones de cuño.


Así que, gracias a esta moneda, sabemos que existió un cuño que fue rectificado en anverso, cuya leyenda original hubiera sido: HHILPPPS IV D G

                    Una joya histórica a destacar.


Una verdadera rareza digna de las mejores colecciones.




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