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miércoles, 23 de junio de 2021

Ochavo anepígrafo de la serie de 1652, acuñado en Segovia.

En 1652, en plena Pragmática Real, que establece la creación de los resellos arábigos con valor de 8 y 4 maravedíes, se acuña un circulante nuevo de 2 maravedíes, sin leyenda alguna. 


Ochavo anepígrafo de la serie de 1652, acuñado en Segovia.


Ya tratamos el tema de las monedas anepígrafas en esta entrada anterior.

Son monedas éstas, bastante curiosas, y poseen unos rasgos característicos que las hacen fácilmente catalogables:

1) Estas piezas no poseen leyendas, por eso se las denomina anepígrafas.

Se puede dar la circunstancia, de que fuera de la orla circular que rodea al castillo y al león, exista alguna letra o signo... Pero ésto, será debido, por la presencia de una marca arcaica, de la pieza anterior sobre la cual después se acuñó moneda nueva.

2) Las orlas circulares que rodean al castillo y al león, están realizadas con un trazo de línea continua y no con puntitos, como en los ochavos de Felipe III o IV que se hicieron en años anteriores.

3) Muchas de las casas oficiales, establecen un adorno a los pies del castillo... No se da esta máxima en todas las cecas.

Para confeccionar estás monedas, se seleccionaron los cuartos de Cuenca acuñados en la época de Felipe III, de 1600 a 1602.

En 1651/2 estas monedas con valor de 4 maravedíes, estan desmonetizadas. Se parten en 4 trocitos... Cada sección nueva se emplea para acuñar monedas con valor de 2 maravedíes... Los conocidos ochavos anepígrafos de 1652.

Por eso estas piezas siguen teniendo algo de liga de plata. 

Son monedas muy queridas por los coleccionistas y bien consideradas, a pesar del tamaño minúsculo que tienen.

Os dejo el vídeo para completar información.




Vídeo

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