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viernes, 20 de diciembre de 2019

Lunares postizos en Época de Felipe IV

Los lunares postizos, empezaron a usarse en Europa, como parte de la moda, a principios del Siglo XVIII, con un uso exclusivamente centrado en el propio sentido de la belleza.

Aunque antaño, se utilizaron para velar algunas dolencias.

El estrago que acarreó la enfermedad de la viruela, entre los pobladores de esa sociedad, tuvo sus máximas consecuencias a finales del siglo XVII.


Muchos de estos lunares artificiales, se empezaron a utilizar, intentando camuflar, las secuelas que dejó la enfermedad, en forma de granos y socavones...

En este tiempo, los lunares postizos, fueron verdaderos parches, que disimularon las pequeñas cicatrices que la enfermedad provocó en la inmensa mayoría de la gente que sobrevivió a la señora de la guadaña... Pero, pronto, el uso de los mismos,  derivó en una práctica meramente estética, con un lenguaje interpretativo propio, que fue incluso definido, en un tratado publicado en la Francia de 1654;
“Sobre la situación de los lunares sobre el rostro de las damas con observaciones exactas de su tamaño y su forma, según los lugares donde ellos son colocados” (Loterie  d’Amour. La  Vie privée d’autrefois)...  que viene a explicar la interpretación que tienen los lunares del rostro, en base a su localización física.


Escena de "La Familia de Carlos IV" de F. De Goya. Posesión del Museo del Prado en Madrid. Puede apreciarse a la Infanta María Josefa, con un lunar postizo, ya pasado de moda, en la sien derecha.



Aunque la familia de Felipe IV, se vio tristemente afectada por la viruela (el propio Hijo del monarca, Baltasar Carlos, murió antes de conseguir la mayoría de edad) no he encontrado ningún indicio,  que exponga que el mismo rey, sufriera en sus carnes, tales dolencias.

Cierto es, que excasos maravedís de busto de Felipe IV, dejan ver lunares, en el rostro del “Rey planeta”. Fue, en otra entrada, donde explicamos la confusión numismática que se tenía antaño, sobre los diversos puntos que aparecencen en ocasiones, en la cara del rey… aclarado ésto, no podemos dejar pasar otra serie de marcas menos comunes, que parecen no ser producto de la casualidad, si no más bien, de la causalidad.


Esas marcas, a mi entender, son lunares… y tales, deben ser postizos, pues no siempre se hayan en el mismo lugar, ni en las represetaciones artísticas del rey Felipe.


Simbología de los lunares según su colocación en el rostro:

- Lunar en la mejilla derecha: indica persona casada.

- Lunar en la mejilla izquierda: seguramente indica persona prometida.

- Lunar junto a la boca: indica predisposición a poder ligar.

- Lunar en el labio superior: indica predisposición a tener encuentros.

- Lunar cercano al ojo: indica predisposición a buscar sexo.

- Lunar sobre berruga: indica timidez.

- Lunar en la nariz: indica descaro.

- Lunar en la frente: indica magestuosidad.


Simbología de los lunares en función de su forma:

- Lunar con forma de media luna: indica predisposición para tener citas nocturnas.

- Lunar en forma de cupido: indica predisposición para buscar el amor.


Los lunares solían estar confeccionados en seda y a veces en fieltro, y se guardaban en cajitas con adornos que se convertían en verdaderas joyas de arte.

El uso de estos lunares, por norma general, sería más común en mujeres que en hombres... Las implicaciones simbólicas tal vez variaran de unos a otros

En cuanto al "Rey Planeta", he observado que en muy pocos felipes de busto, aparece el rostro del monarca con un lunar... normalmente la posición del mismo, se encuentra en la parte inferior del ojo derecho, o al lado de la mejilla (persona casada)

Si atendemos a la misma simbología que se aplica a la interpretación de los lunares postizos en las mujeres, veríamos estupefactos, como Felipe IV,  muestra su predisposición a buscar sexo (lunar bajo el ojo derecho), nada extraño, habida cuenta del gusto que profesó ante este divino placer a lo largo de toda su vida (más aquí) ... lo que no sabemos, es si la iniciativa de colocar estos lunares en algunos maravedís de busto, fue conformada por parte del propio Grabador, no teniendo, tal vez, nada que ver, con una decisión ecuánime del monarca.

Busto de un 16 maravedís con lunar bajo el ojo derecho. A la izquierda de éste, tres puntos guías.

Con los lunares en las monedas de busto de Felipe IV, pasa lo mismo que con las meigas gallegas, que puedes "creer o no en ellas", pero haberlas haylas.

Busto de 16 maravedís falsos de época, con lunar encima de la mejilla derecha... Como vemos, los falsarios también en ocasiones, reflejaban estos lunares.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

El pelo en las monedas de busto de Felipe IV

En las monedas de busto de Felipe IV, se puede tener constancia, de muchos detalles de la personalidad del monarca y a su vez, de la época en la que transcurrieron sus gustos, que al final, en muchos casos, acabaron transformándose en normas.

Hablamos en entradas anteriores, de las peculiaridades del perfil del rostro del “Rey Planeta”, en aquellas monedas, donde aparece el busto del mismo. Comentamos, la consabida dolencia física, que el propio rey y antecesores suyos, sufrieron, por culpa de una mezcla genética mal aconsejada.

Por otro lado, expusimos cual era la moda de la época de Felipe IV,  y de como ésta, aparecía representada en sus monedas (Entrada; Gorgueras y Golillas)

Hoy, vamos a tratar otro aspecto del rostro del rey en las monedas de busto; el pelo.

Existen muchas variantes de rostro del rey, en este tipo de monedas (valores de 2, 4, 8 y 16 maravedís)  pormenorizando,  casi siempre, mirando a derechas. Son bastantes modelos de busto, pues cada ceca posee una gran cantidad de ellos.

En casi todas estas variantes, coincide el mismo tipo de peinado, también con pocas diferencias, pero con dos aspectos, normalmente, similares:

El primero de ellos, se centra en el recogimiento del pelo, que suele sucederse, antes de la llegada del mismo a los Hombros. Dicha observancia, que puede pasarnos en principio, desapercibida, esconde algo más, de lo que la casualidad nos quiere hacer creer, o de la propia apetencia artística del maestro grabador.

Pelo de Felipe IV recogido por encima de los hombros.


Ya, en la época de Felipe IV, el mismo rey, dictó una serie de leyes curiosas… algunas, de ellas, se verían en nuestra época, como auténticoss disparates…

Volviendo al tema que nos atañe;

¿Era Felipe IV tan refinado, como para tener que presentar su  propio modelo cívico de presencia, y vestimenta, ante la sociedad del siglo XVII?

Hoy en día, es digno pensar, que cada uno es libre de llevar la ropa que desee y el peinado que le venga en gana… pero, en esa época, las personas estaban condicionadas por el orden social existente. El monarca, extendía sus normas no sólo a sus más allegados, y/o a las inmediaciones de sus dominios más directos (palacios, corte…) si no que además, pretendía que todo el pueblo, toda la nación española, fuera bien vista, bien vestida, bien adecentada…

No puede ser de otra manera, después de saber que ciertas leyes que impuso, fueron lo que fueron: una norma extensible a todo el Imperio, y un dogma obligado, que por sí mismo, contribuiría a difundir el poder que tenía el rey ante el pueblo.

Felipe IV, redactó una ley, sobre el mismísimo peinado... que debía llevarse en el territorio español:

Decía, que la guedeja (pelo suelto sin recoger) no fuera trenzada, ni que cayera sobre  los hombros) y que los copetes (entendidos como tupé)  y los rizos, no se llevaran... bajo pena de 8 maravedís…

Rostro de Felipe IV con buen peinado.


Ciertamente, el propio monarca, da muestras, en muchas de sus monedas, de su "buen comportamiento", donde puede verse claramente, su pelo recogido, a una altura alejada de los hombros.

En cuanto a la prohibición del tupé, segundo aspecto a tratar, podríamos tener dudas sobre el aleccionamiento del monarca ante el pueblo… por no aplicarse Felipe IV esta medida a su propio busto representado en las monedas. Él mismo, parece ir en contra de sus propias leyes, porque sí que graba el tupé en su rostro…

Pensaríamos entonces, que es un exceso de egocentrismo, al considerar, que él es el Rey y que está por encima de todo, incluso por encima de sus propias leyes, Yendo encontra de las mismas, cuando le place.

Un tupé, como hemos visto, que él también sanciona, bajo multa de 8 maravedís, y que sin embargo, no duda en llevarlo en la mayoría de sus monedas…

Pero la verdadera cuestión, parece ser, que responde a la confección de los tupés, que era tan exagerada, que el monarca, quiso disminuirla con dicha ley.

Queda más claro, cuando el propio Felipe IV, hace redactar a fecha del 13 de Abril de 1639 un pregón: “por cuanto el abuso de  las guedejas y copetes con que andan algunos hombres…

Ciertamente, toma el término “abuso” para establecer la restricción de los copetes. Los tamaños de los tupés, debían ser enormes… así que, el rey, en sus monedas, también instruye con su corto y mesurado copete, “dictando” así, cómo debe ser… un verdadero tupé, no desmedido.

Diferentes monedas de busto con tupé en el rostro del monarca.


No sólo eso, si no que también, advierte que aquellos peluqueros que no cumplan la normativa con sus clientes, pagarán una cuantiosa multa: "…Y los barberos que hizieren… incurran en pena de veinte mil maravedís y diez días de cárcel y cuatro años de destierro…”

Y va más allá, cuando viene a exponer: “…Y las personas que traxeren copete… no se les dé entrada en la Real preferencia de su majestad…"

Firma todo el documento, Don Fernando De Vallejo, secretario y escribano más allegado del Rey.





Algunos datos bibliográficos consultados:

"Título: pregón en que Su Magestad manda, que por quanto el abuso de las guedejas y copetes con que andan algunos hombres, y los rizos con que componen el cabello ha llegado a hazer escandalo en estos reynos, ningun hombre pueda traer guedejas ni copete"

Imprenta de Francisco Martinez, 1639

sábado, 30 de noviembre de 2019

Reproducciones de la Escuela de Grabadores de Madrid.

Es cada vez más habitual, encontrar monedas con la denominación de  "falsas de época" a la venta.

Suelen predominar aquellas monedas, que encuadraríamos dentro del periodo contemporáneo. Hay bastantes rarezas dentro de esta tipología…

Normalmente, abundan las piezas borbónicas. Hay que distinguir entre monedas puramente realizadas para el sector de la joyería y entre aquellas que  tuvieron intención de circular y de suplantar a las “reales”. Las primeras, suelen ser toscas como ellas solas, las segundas, varían en cuanto a su arte se refiere, destacando cospeles con improntas  algo diferentes a las originales y monedas, con excelentísimo acabado, algunas, incluso más valoradas que las “verdaderas” como pueda ser el caso de las 25 pesetas de platino con baño de oro de Alfonso XII, o los 100 Reales de Isabel II, también efectuados con platino.

Es muchísimo más difícil, hayar monedas del periodo de los Austrias, que estén falsificadas y que sean del tiempo en el que circularon las mismas. No me refiero, sin embargo, a los maravedís de busto de Felipe IV, que como dijimos en otras entradas, fueron monedas mucho más prolíficas, que las originales. Es maravilloso contemplar, como a veces los falsarios realizaron verdaderos esperpentos en su arte… expléndidas joyas de la historia, que gracias a ellos, podemos hoy en día, disfrutar.

Pero si ciertas monedas falsas de época, son difíciles de ver, mucho más lo son aún,
aquellas que fueron creadas para aprender el oficio de grabador.

Fruto del aprendizaje de alumnos grabadores no coetáneos, posteriores, surgieron reproducciones, de monedas anteriores al circulantes de esa época.

La Escuela de Grabadores de Madrid, se origina en el siglo XIX. Es concretamente en el año 1804 con Carlos IV, cuando se funda el "Departamento de Grabado y Construcción de Instrumentos y Máquinas Para la Moneda", siendo Pedro González De Sepúlveda, el grabador oficial, que se ocupe de la dirección de tales menesteres.

Los alumnos, realizaban todo tipo de trabajos, basándose generalmente en épocas pasadas, intentando reproducir aquellas monedas tan características.

Generalmente, las monedas que se emulaban, no poseían las mismas características intrínsecas de las originales (en caso de monedas de oro y plata)

Excogían el cobre y el bronce, para llevar a cabo sus trabajos... aunque en circunstancias diversas, sí es cierto, que esta premisa, no tenía lugar y acercaban todo lo posible, el parecido de la copia, al del original, para lo cual, no se ocupaban sólo de imitar el arte de la moneda, si no que además, usaban los mismos metales de los que estaban hechas las fuentes, ajustando peso, diámetro… son los conocidos casos de las reproducciones de los cincuentines (más sobre los 50 reales)...

Son menos comunes, encontrar monedas de busto del monarca Felipe IV,  de la Escuela… pero haberlas haylas.

Todavía, hay poco escrito sobre estas reproducciones, esperemos que el tiempo nos dé algún tratado con el que poder catalogar mejor nuestras piezas y saber más sobre ellas.

Os dejo esta bella reproducción de 16 maravedís de Felipe IV


Reproducción de la Escuela de Grabadores de Madrid, de 16 maravedís de Felipe IV de 1664 con ceca de Segovia. Siglo XIX.



miércoles, 13 de noviembre de 2019

Acuñaciones falsas sobre monedas originales

Las falsificaciones de época en cuanto a los felipes de busto, pueden ser básicamente de dos tipos: las que utilizan cospeles vírgenes, sacados de sus rieles, y las que emplean monedas ya acuñadas en años anteriores.
( Más aquí)

En este segundo tipo, es menos abundante ver las marcas de las anteriores monedas… normalmente, se pueden observar resellos de la pragmática de Felipe III y Felipe IV, cuando estás monedas los portaban.

Los falsarios solían aplanar las monedas a golpe de martillo, por eso a veces son más delgadas… intentando con ello disimular los relieves para acuñar encima… puede que algunos falsificadores prefirieran que se vieran estos resellos (aún cuando son bastante inferiores cronológicamente) para conferir más autenticidad a la moneda (cuando por lógica tendría que ser lo contrario)

Moneda antes de limpieza


Seguramente ochavo de felipe II utilizado para reacuñar 16 maravedís de Felipe IV (falsos de época) se puede apreciar resello a VIII de 16(41/2) y resellos a IIII en el rostro del monarca mirando a izquierdas, de 1603/6. Ceca de Madrid, girada. 1664.


Moneda después de limpieza



Con lupa, se aprecia la posible ceca del resello a VIII de La Coruña.


Dentro de las falsificaciones con resellos antiguos, es más difícil ver una pieza con el busto del monarca, mirando a izquierdas… por lo que he conprobado, solían preferir, escoger ochavos de Felipe II para estos menesteres.

También pueden encontrarse marcas guías, de centrado, como la que muestra este ejemplar, para ajustar y centrar el arte de la moneda… aunque seguían padeciendo los mismos problemas que tenían en las cercas oficiales, malos descentres por falta de sincronía de cuños, o por fallos en el recorte del flan.

Son monedas curiosas. Es interesante ver el arte de los bustos, muchos de ellos esperpentizados.  las marcas de ceca y ensayador raras o cambiadas por símbolos indescifrables, giradas… leyendas extrañas,  y demás peculiaridades… sea como fuere, conforman minúsculas joyas de interés histórico Nacional.




16 maravedís con bastante buen arte, se aprecia el punto guía del rostro de Felipe IV.
Valor, ceca y ensayador con marca de pétalos de cuatro hojas. 1661.


Moneda antes de la limpieza



16 Maravedís falsos de época.



Moneda después de la limpieza


Después de la limpieza, se puede observar nítidamente, que la falsificación, se acuñó sobre un 8 maravedís de Felipe III o IV.




miércoles, 30 de octubre de 2019

Recorte de riel del Real Ingenio de Segovia

Son pocos los rieles grabados, que han llegado hasta nuestros días.

De vez en cuando, podemos encontrar en alguna subasta, trocitos de cizalla, pero es bastante difícil, dar con alguna pieza en la que todavía podamos apreciar acuñaciones pasadas.

Los avances referidos a los métodos de acuñación a molino, llegaron en España, a manos de Felipe II, teniendo su origen en el Real Ingenio de Segovia, siendo sumamente significativos.

Comenzó la andadura en Alemania, donde se empezó a laminar el metal con rodillos…adelgazándolo de tal forma, que fue posible, después, recortarlo y confeccionar cospeles con él, para improntar el arte de las monedas. En algún momento de este proceso laminador, se percataron, de que en el cobre y la plata laminadas, se presentaban marcas acordes a las imperfecciones de los rodillos, con lo que cayeron en la cuenta, de que posiblemente, si los labraban, podrían conseguir una acuñación al paso del riel por los mismos.

Fue así, como se empezó a acuñar con rodillos. Mediante ensayo y error, lograron confeccionar una verdadera máquina industrial, muy adelantada a su época, consiguiendo  crear la casa de moneda más importante de todos los tiempos; el Real Ingenio de Segovia.

Los rieles, son las planchas de metal laminadas por el continuo paso de éste a través de los rodillos. Lo que eran lingotes, ahora son, verdaderas planchas, con el grosor adecuado, para poder recibir la acuñación. Antes los rieles de conseguían aplanar mediante martillazos.

Una vez, el lingote se ha adelgazado, se pasa por los rodillos de acuñación (que son dos, uno para el anverso y otro para el reverso). Éstos, poseen la labra de las dos caras de la moneda, y la transfieren al riel mediante presión y el propio giro de los mismos rodillos.

Para que dichos rodillos giren, necesitan de una fuerza motriz que consiga transferir tal movimiento.

En Segovia, fue el agua del río Eresma, a través de su paso por las diferentes ruedas hidráulicas, la que consiguió este avance. En otros sitios, se empleó tracción animal ("molinos de sangre") e incluso, la fuerza de humanos, para conseguir este movimiento.

Sí queréis profundizar en conocimiento, sobre el Real Ingenio de Segovia, os recomiendo leer, la última publicación hasta la fecha del maestro Glenn Murray:

En su libro, “El Fraude Real” nos relata con minuciosidad, alguno de aquellos problemas, a los que se enfrentó Felipe II… en la construcción de la casa de moneda más importante de todos los tiempos, y las características de esta nueva forma de acuñar, mediante laminación y rodillos.


Según propias ordenanzas de la Nueva Casa de la Moneda de Segovia, todos aquellos rieles y cizallas que sobraban después del proceso de acuñación, tenían que ser recogidos, para volver a ser fundidos en los diferentes hornos y reutilizarse de nuevo…




Riel en el que aparece acuñado una moneda de 4 maravedís de Felipe II.  Subastada  por Áureo y Calicó el 19 de Octubre del 2017.



Según se ve, los operarios, no siempre cumplían estas “leyes” y mucha parte de esta “basura” acababa en otros lugares, que en nada tenían que ver con los dictados por las diferentes pragmáticas… a tenor de que hoy día, todavía se pueden ver en el mercado numismático. Ésto, puede deberse, a un excedente en la materia prima (cobre) que hace innecesaria dicha práctica...  o incluso, a un producto original precario, que se retira del proceso de acuñación, para no perjudicar la calidad de las piezas... también se tiene constancia de que en algún momento, en el Real Ingenio, quedaron guardados gran cúmulo de cizallas y de rieles en cuartos determinados, pero parece ser que con una fecha determinada...



Riel en el que aparece acuñado una moneda de 8 maravedís de Felipe IV de 1626. Subastada en Cayón el 14 de Diciembre de 2005.


Los rieles que se han "salvado", son importantes, pues gracias a ellos, se pueden conocer diferentes peculiaridades que ocurrían en el proceso de acuñación.

Este pequeño riel, es fiel muestra de ello:

Recorte de riel con varias acuñaciones de una moneda de 16 maravedís del Real Ingenio de Segovia de 1664. Foto cedida por Luis Antonio "Calla".







Se observan, las diferentes marcas de arrastre que poseía el cuño (fuera de lo que era el propio cospel), para hincar el metal y permitir que no resbalara al paso del mismo, a medida que transcurría entre medias de ambos rodillos giratorios.


Este riel, en particular, pertenece a un Módulo de 16 maravedís. Destaca la marca de ceca y de ensayador (acordémonos, que la marca de ensayador, ya la establecen los Reyes Católicos en la Pragmática de 1497 de Medina del Campo, para verificar la procedencia de las monedas y saber cuáles eran aquellos ensayadores que se ocupaban de la ley de estas piezas, con cierto contenido en plata u oro... en caso de fraude o errores... exigiendo con ello, responsabilidades)


Matizar, que los rodillos poseían varios cuños grabados, cada uno de ellos… para aprovechar al máximo la superficie del metal acuñado, y agilizar el trabajo, aumentando también así la producción.

Rodillo del Real Ingenio de Segovia (con varios cuños en el cuerpo) foto cedida por la Asociación de la Casa de la Moneda de Segovia.

El riel que ocupa nuestra mención (tercera foto) tiene su origen en el Real Ingenio de Segovia. La fecha del mismo, es de 1664, último periodo de acuñación de los maravedís de busto de Felipe IV.

Es verdaderamente curioso. No posee reverso grabado, lo que nos indica o bien, que fue una prueba de acuñación, para ver si el anverso se plasmaba exitosamente en el riel, o bien, que existió un desajuste entre ambos rodillos, y solamente acuñó uno de ellos, por lo que se deshechó la pieza inmediatamente.

En cuanto a la primera teoría, destacar,  que se han encontrado felipes de busto originales, sin a penas liga de plata… seguramente, ésto es debido, a la gran cantidad de monedas falsificadas de este tipo, que el monarca, tuvo que sufrir a lo largo de esos 4 años de acuñación.

Fue tanto el volumen de moneda falsa, que el propio rey, autorizó poco después, su circulación… por lo que, no sería extraño que en alguna tirada oficial, no introdujese liga de plata... sería absurdo que esta moneda del último año, tuviese plata, en contraposición a la moneda falsa, con valor intrínseco mucho más bajo (y autorizado) y el mismo valor nominal.

Así que, puede que el riel, fuese una prueba de acuñación, sin liga de plata (pues no parece que la tenga) y una constatación visual práctica a su vez, del arte del anverso del cuño del rodillo sobre el riel.

Por otro lado, el riel es minúsculo, me supongo que debido al recorte del mismo, después de ser acuñado.


Con lo que se deduce:

1) Que las ordenanzas no siempre se cumplían como como estaban estipuladas.

2) Que en estos años de acuñación, se dieron lugar diferentes ensayos y prácticas, para seleccionar el método más propicio en temas referentes a la acuñación de la "nueva" moneda.

3) Que de un simple riel, se puede extraer  mucha información, conviertiendo a la numismática, en toda una ciencia, que va más allá de la simple "posesión" de las piezas.









miércoles, 9 de octubre de 2019

Fernando de Austria, el hermano heroico.

Fernando de Austria, fue el tercer hermano de Felipe IV.

Hay poco material numismático a cerca de él, a pesar de que fue un hombre indispensable para la supervivencia de España… lo poco que he podido encontrar, es una medalla de plata y otra de cobre, ambas de muy buena factura.


Fernando de Austria, fue hijo de Felipe III y Margarita de Austria.

Al ser hermano él, más pequeño que Felipe IV, se separó de la línea sucesoria… ocupando el segundo lugar.

Ya a edad muy temprana, destacó por su inteligencia, siendo un aliciente indispensable en el futuro, para contribuir en la  consolidación de convertirse, contra todo pronóstico, en un magnífico general…

Es instruido en cuestiones divinas, seguramente frente a su voluntad, prueba de ello es la descripción que realizó sobre el propio infante, el conocido doctor Huarte:

Su viva inquietud de ánimo, su bizarra apostura, su mirada enérgica; eran símbolos claros de un subsconsciente temperamental que había de nutrirse, no de teología ni de virtudes episcopales, sino de ansias de mando, de caudillaje militar, que era en definitiva el signo austral bajo el que había venido al mundo

Preciosa medalla de bronce de Fernando de Austria. con busto mirando a izquierdas y escudo de armas en reverso. Foto sacada del blog; Fuenterebollo.com



Alcanza el rango de arzobispado de Toledo, por petición de su padre Felipe III, acogiéndose éste, al  derecho del Patronato Real, salvando el escoyo de la edad canónica, pues era muy joven para el cargo.

Evitó así, el confesor del monarca (que fue su asesor en estos menesteres) que el poderoso Duque de Lerma, ya cardenal, se hiciera con este título…

Medalla de bronce del Cardenal Infante. busto mirando a derechas en anverso, sol radiado en reverso. Foto sacada de Ac Search. Lot. 418.


El joven infante, fue hecho arzobispo de Toledo a la edad de 11 años, por mandato de bula papal del Paulo V... años más tarde, Fernando, será nombrado cardenal, hecho insólito dentro de la historia española, siendo el primer rey que lo consigue…

El 3 de Mayo fue proclamado Virrey de Cataluña, por las cortes catalanas (Más sobre la moneda de Felipe IV y la guerra catalana). En principio, su hermano, el príncipe Carlos, iba a ocupar este título, pero la muerte se lo arrebató a la edad de 17 años.

Participó en la Guerra de los Treinta Años,  persiguiendo la hegemonía del catolicismo, uniendo sus fuerzas, con su primo, el rey  Fernando III y su ejército húngaro, en la lucha contra los suecos.

Fue nombrado gobernador y capitán general de los Países Bajos.

Ambos monarcas, (contraviniendo lo que se consideraba en ese momento el sentido común, en opinión de generales experimentados, que argumentaban una cruda derrota para el bando aliado) con la fusión de sus ejércitos, pudieron derrocar a los suecos en la capital del Estado Federado de Baviera, Ratisbona, en Alemania, en la Batalla de Nördlingen en 1634. Siendo éste, uno de los episodios bélicos más memorable e importantes de toda la historia de España.

Diego de Aedo y Gallart, escritor y consejero y secretario de Felipe IV, en su libro,
"El Memorable y Glorioso Viaje del Infante Cardenal D. Fernando de Austria” puede leerse: “No es creíble cuan llenos y cuan sembrados estaban los campos de armas, banderas, cadáveres y caballos muertos, con horridíssimas heridas”


"La Victoria de los Dos Fernandos"de P. Rubens. 1635




Medalla de Plata de la batalla de Nördlingen.
Derechos de Autor: Creative Commons. Fuente: Pappenheim.


Poco después, Fernando viajará a Bruselas y establecerá un nexo de unión con los flamencos, en la lucha contra los franceses, siendo ya, Gobernador General de los Países Bajos.

“Pierde” Breda por "culpa" de los Holandeses y del ejército Francés.

En cuanto a su persona, en ciertos momentos, fue vilmente vitupeado y calumniado por cierto sector social de la propia monarquía española… acusándole, inciertamente, de traidor a la corona.

Fallece repentinamente en circunstancias sospechosas, se tiene constancia histórica de un posible envenenamiento… en la época en la que este funesto momento, se dio, Holanda se empieza a desligar del Imperio español.  Fue un periodo, en el que se estableció en España, una de las mayores crisis económicas acontecidas a lo largo de la historia.

Fernando, fallece en Noviembre del año 1641 (100 años antes del asedio del admirante Vernon a Cartagena de Indias, defendida heróicamente por el guipuzcuano, Don Blas de Lezo)

Fue sin duda, el cardenal infante, uno de los mejores generales que ha dado España.



Medalla de plata, con el busto de Fernando de Austria mirando a derechas, con sol radiante en reverso. Foto de Alamy.es


Animo a mis lectores, a que se decidan a ampliar esta entrada con sus comentarios, aportando más datos sobre las características de estas medallas. Y como siempre, gracias por seguir el blog.



Algunas fuentes bibliográficas consultadas:

http://reinadodecarlosii.blogspot.com/2011/01/la-familia-del-rey-los-tios-de-carlos_18.html?m=1

Clemente Palencia: "Discurso 10 de noviembre de 1946. El cardenal infante don Fernando de Austria”

domingo, 22 de septiembre de 2019

los palillos de dientes en la limpieza de las monedas

Es cierto, que a veces, se nos hace muy difícil, no emplear otros artefactos menos intrusivos que no sean el punzón de dentista o el cutter, en la limpieza de una moneda.

El palillo de dientes, es un elemento indispensable en muchas ocasiones, donde la tierra adherida  o está tan incrustada.

La presión que se ejerce con el palillo de dientes, en comparación con un artilugio más pequeño, aún siendo igual, experimenta mucha menos fricción, ya que el material del que está hecho, es mucho menos fuerte y resistente que el metal. Esto, nos posibilita, no inferir daños a la pátina de la moneda.

Normalmente, yo suelo utilizar el palillo de dientes, en esas monedas que consigues por lotes, que aparecen con pátinas sucias. Son monedas en las que la tierra no se ha acumulado con un grosor considerable, por lo que hace difícil introducir como método de limpieza un punzón, debido a que es muy fácil rayarla aún no queriendo.

El palillo de dientes, es efectivo en estos casos, en monedas con una superficie terrosa muy delgada, y también, en aquellas piezas que tengan una pátina verdosa algo inestable, proclive a formar el temido cáncer de cobre… cuando esta superficie es superficial, la madera es buena para poder retirarla.

Moneda con pátina estable, verdosa.

A veces, el palillo, contribuye a una mejoría en el aspecto de la pieza… ayuda a poder vislumbrar mejor los detalles del arte y de las leyendas de la moneda… al frotar con el palillo, encima de los diferentes motivos, se consigue, mediante un pequeño pulido, distinguir mejor estos detalles. (Conocer el arte de una moneda, ayuda a saber limpiarla) para estos menesteres, también vale el lápiz de lana de acero, que a parte, tiene la ventaja de ser más contundente en la retirada de tierra.

Tres monedas con distintas pátinas, cortesía de Raúl Peñas.


Para terminar esta pequeña entrada, diré, que es importante, a la hora de trabajar con un “punzón”  metálico, conocer dos estrategias que se consolidan con el uso de la experiencia:


1) Casi siempre, al raspar con el punzón, hacerlo con la punta, vista de manera horizonal al cospel, para no dañar la pátina. Ir raspando poco a poco, y parar el proceso, retirando la suciedad con los dedos, para observar si la pieza necesita más o menos limpieza y más o menos presión.

Punzón de dentista, en plena faena.

2) Escuchar el sonido que produce la fricción del artilugio que estamos utilizando, en la limpieza de la moneda al contacto con la moneda. Cuando el metal ha retirado toda la suciedad y empieza a interaccionar con la pátina, el sonido que se crea, es agudo y chirriante (momento de parar ese proceso de limpieza)

lunes, 2 de septiembre de 2019

Aceite de oliva en el tratamiento de monedas

Hoy os traigo un ingrediente en la limpieza de monedas, del que poco he hablado; el aceite.

En realidad, prefiero la limpieza mecánica en la elilinación de impurezas, antes que cualquier otro procedimiento, siempre que evidentemente, no sea necesario.

En este blog, se intenta explicar por activa y por pasiva, la diferencia que se da, entre lo que es la suciedad propiamente dicha, y lo que es la pátina. (Más sobre como no limpiar las monedas)

Cada moneda, tiene unas peculiaridades de conservación singulares, por lo que los métodos a emplear, para su conservación y su adecentamiento, variarán dependiendo de tales características…

El aceite de oliva, que es el que he empleado en esta entrada, es un líquido con bastante acidez, que suele usarse como agente limpiador de monedas… el problema que presenta, es que puede conferir a la pátina, un tono obscuro, que en ocasiones molesta, no siendo el más apropiado...

Como en todos los procedimientos químicos de limpieza, el éxito en el empleo de esta técnica, lo establece el tiempo y la mesura.

Nos hemos topado alguna vez con monedas en las que predomina una fina capa verdusca,  que afea la pieza. Esta capa, de ligera oxidación inestable, normalmente es muy delgada, y sabemos que mediante una limpieza mecánica, podría ser retirada…

Pero suele ser tan "liviana", que difícilmente podemos utilizar un punzón, cutter…para retirarla… sin perjudicarla... tal vez, lana de acero del 00, aunque la moneda,seguramente sufrirá así daños colaterales, como un "aplatamiento" en las zonas más elevadas de arte y de las leyendas.

Ante esta situación, es bueno emplear el método al que nos referimos hoy.

Os presento 4 maravedís de Felipe III, con fecha de 1602, del Real Ingenio de Segovia.


4 maravedís  del Real Ingenio de Segovia con dudosa pátina.


Esta moneda, concretamente se la cambié a un amigo por un 2 maravedís de Fernando VII.

El inconveniente que presentaba, según podéis observar en las fotos, era  la oxidación que se daba en ambas caras, pero mucho más pronunciada en el reverso.

Estas monedas, son muy difíciles de ver sin resellar, y menos, en una condición de conservación òptima. Podemoa observar, como el cospel se posicionó en el final de riel, o lateral de riel… consecuencia tal, que hace que le falte parte del flan a la estructura de la pieza.

El anverso se antoja bonito, y el reverso peor acuñado o circulado…

una vez recibí la moneda, me puse en contacto con un amigo numismático, para comentarle el problema de oxidación que veía en la pieza…siendo él, quien me aconsejó, en el procedimiento de limpieza de la misma.

Así que empecemos:

Ante todo, primeramente,  hice un buen lavado con jabón neutro, cepillo de dientes y agua.

No pude emplear el punzón de dentista, debido a la capa tan superficial de óxido de la moneda… la hubiera rayado, seguramente sin poder eliminar ese verdín.

El único procedimiento mecánico que vislumbraba, era usar la lana de acero… pero sabía que me desigualraría las pátinas del anverso y del reverso…así que empleé, al final, el aceite de oliva, como remedio a estos males.

Después de la limpieza con agua y jabón, sequé la moneda, y la unté con aceite de oliva. Inmediatamente, el cospel cogió un color amarronado, verdoso. Una vez, la moneda quedó impregnada con el aceite, la sequé frotando con los dedos una y otra vez, hasta conseguir destacar algo más los relieves.

Posteriormente, tuve que coger un trapito y pulir la moneda. el secreto está en hacerlo hasta la saciedad (cosa que hice con mesura). Este paso es importante, hay que masajear la moneda (como dice mi amigo) para conseguir destacar los relieves.

Ya terminado el método, la cubrí con cera microcristalina y la volví a pulir (poco también).


Misma moneda tratada.

Por un lado, he conseguido dar a la moneda, una capa extra de protección, y como se ve en las fotos, se ha eliminado el verdín, y homogeneizado las pátinas de ambas caras de la moneda.



jueves, 25 de julio de 2019

Variables en el estado de conservación de los Felipes de Busto

El estado de circulacion de una pieza, suele ser clave, en la determinación de su valor económico.

Normalmente, a menor estado de circulacion, mayor estado de conservación... Aunque esta premisa, no siempre funciona, pues existen una serie de variables, que determinan el estado final de la moneda.

Los coleccionistas de los cobres del periodo de 1661 a 1664 de Felipe IV, tenemos la "ventaja", de que fueron piezas, con poca aceptación en su circulación, a penas 4 o 5 años... Ésto, nos podría beneficiar, a la hora de poder encontrarnos monedas con estados de circulación óptimas.


8 maravedís de Felipe IV con buen estado de conservación.

Existen ejemplos, de monedas que han circulado muchísimas décadas, como es el caso de los céntimos de cobre del Gobierno Provisional de 1870, que se usaron en circulación, hasta bien pasada la Guerra Civil Española... Estas piezas, son difíciles de ver en calidad S.C, pues fueron muy circuladas.

16 maravedís de Felipe IV con bastante circulación y pátina marrón.

El problema, con nuestras monedas del periodo de Felipe IV, es que el cobre, se degrada más rápidamente en ambientes "menos propicios"... Y aunque fueran 5 años de circulación, son éstos suficientes, para "llevar a mal puerto" el grabado de las piezas, ya que, al fin y al cabo, pasaron por muchas manos, y no es, como decimos, un metal tan noble como pudiera ser el oro y la plata. (Más sobre identificación de monedas de plata)

Por otro lado, la cantidad ingente de falsificaciones (que supera con creces a las monedas oficiales) con cuños defectuosos o muy utilizados, no ayuda en nada a este aspecto. (Más sobre falsificadores)
16 maravedís falsos de época de Felipe IV con ceca de Sevilla, en buen estado de circulación.

Fueron monedas las de este periodo, tan falsificadas, y al final tan "poco queridas por la corona española", que seguramente, muchas acabaron siendo fundidas para otros menesteres... Así que, nos han llegado, menos monedas en excelente estado de conservación, de las que en un principio, pensásemos.


Hay que matizar también, que la calidad de las acuñaciones (sean a martillo o a laminación) no son siempre las mismas. (El trabajo de los abridores de cuño con Felipe IV)

Excelente acuñación de un ochavo de Felipe II de ceca de La Coruña. Se ve claramente el león, a penas sin circular.

Hoy día, sabemos que bastantea monedas, tuvieron una acuñación "pasajera", debido a la premura de los trabajos artesanales (tal es el caso de las monedas acuñadas a golpe de martillo)

4 Maravedís de Felipe IV a martillo, ceca de Sevilla. Nótese el paso del tiempo en este tipo de piezas.

Supuesto pràctico:

Imaginemos ahora, a dos monedas de 1662. Una, introducida en una caja hermética en 1664, no abierta hasta nuestros días, y otra, mejor acuñada y menos circulada, que apareció hace aproximadamente un año, en unas remodelaciones, de cualquier acera de nuestra ciudad...

¿Cuál de ellas estará mejor conservada?

Seguramente la primera, (la que tenía un peor estado de circulación en 1664... así que, a este estado de circulación, de la moneda, se deben unir, aquellos condicionantes que hacen que no se degrade la misma (oxidación, golpes, calidad del metal acuñado...)


Un buen indicativo a considerar en una moneda de esta época, en calidades más que aceptables, es encontrarnos rebabas en ciertas partes de la pieza, grafila, busto, leyendas... A veces, la propia pátina (si la moneda estuviera con acuñación leve) puede clarificarnos el estado de conservación de la moneda... Y en el caso de ciertos módulos, la capa de plata que "cubre" todo el cospel de las "más afortunadas".
16 maravedís de Valladolid con plateado. Se puede apreciar el perfecto estado de conservación de esta pieza tanto en la pátina como en las rebabas de las leyendas.

Otro error que se suele cometer, es identificar como sinónimo de S. C, la denominación de "flor de cuño".

Los primeros cuños de una serie de monedas, a penas tienen desgaste por su poco uso, por lo que las piezas acuñadas, detentan mejores improntas en su arte. Pero, estas monedas en flor de cuño sí pueden haber circulado mucho, por lo que la consideración de S. C, debe desaparecer inmediatamente.