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sábado, 16 de marzo de 2019

El trabajo de los abridores de cuño, en época de Felipe IV

Con la pragmática del 22 de Noviembre de 1660, se acuña en el Real Ingenio de Segovia, la primera serie de vellones de busto, a molino, y en la Casa Vieja, a martillo. El 30 de Octubre de 1661, se obliga por Real Pragmática a acuñar estos Felipes, a molino, en todas las cercas restantes y se prohíbe acuñar a martillo, en la Casa Vieja de Segovia, esta nueva moneda. (Más sobre primeras emisiones de los maravedís de busto a molino)


Dibujo de Ingenio a molino. Fotografía sacada de la "Asociación de Amigos de la Casa de la Moneda de Segovia".



Esta incipiente forma de estampar el arte de la moneda, necesita de una calidad artística suprema, referida no solo a la belleza de los grabados, si no también, a aquellos procedimientos "matemáticos" y técnicos necesarios para una buena apertura del cuño.

Así, se destacan entre otros motivos, la dificultad de trasladar la impronta de los punzones, dentro del metal cilíndrico del rodillo. La acuñación a molino, supuso una verdadera revolución técnica, teniendo su mayor auge, en el Real ingenio de Segovia.

Para ello, existen varias teorías:

1) Que el final de los punzones de los motivos artísticos "mayores" (escudos, Bustos) fueran curvos (exceptuando las leyendas...) Con un arco del final del punzón, acorde a la convexidad del rodillo, para estampar el grabado de una manera unitaria, en toda su superficie, consiguiendo así, un calado, idéntico, en todos los motivos, evitando, problemas de simetría, en la profundidad del arte improntado en el cuño, y con posterioridad en la moneda acuñada.

Esta teoría, tendría una buena coartada, para su funcionamiento, si el grabado de todo el arte de la moneda, tuviera su propio punzón individual... Pero hoy en día, es sabido, que normalmente, tales grabados, poseían punzones de motivos separados, para conformar, luego en el rodillo, el grabado completo, favoreciendo así, a un mejor  hincado (menor superficie, mayor presión) y una menor probabilidad, de que surjan repintes indeseados.

2) Que el final de los punzones, fuera plano (como a tenor de ciertas muestras, defienden algunos investigadores).

Se procura, dejar libertad al abridor de cuños, para ultimar la impronta en el cilindro, a base de balancear la punta del cuño en el mismo, para conseguir una simetría en el calado del arte del grabado.

En esta teoría, el paso del arte del punzón al rodillo, es bastante más compleja que en el primer ejemplo, y necesitaría de grandes dosis de meticulosidad y profesionalidad por parte del artesano... Tenían que procurar, evitar crear repintes en el cuño, por la repetición del hincado del punzón... a veces, se hace necesario un artilugio que sujete el punzón, para que no se mueva entre golpe y golpe de martillo.

Ingenio y riel pasando entre medias de los rodillos. Fotografía sacada de la "Asociación de Amigos de la Casa de la Moneda de Segovia".



En los Felipes de Busto, seguramente el abridor de cuños, basculaba el punzón, de la cabeza al torso.


16 maravedís de Trujillo de 1663. No catalogada.



Tanto en una, como en otra teoría, el grabador, debía de esmerarse, teniendo en cuenta, la deformación del grabado del punzón, en referencia a la curvatura del cilindro. Un grabado no deformado que pasara del punzón, al cuño cilíndrico, proyectaría en la moneda, un arte asimétrico... y al contrario, un arte ligeramente deformado del punzón, de manera consciente y estudiada, al paso por el rodillo, establecería en la moneda, un dibujo simétrico y bien ajustado, ya que el traslado de un cuerpo curvo a uno plano, produce inevitablemente una distorsión, que debe corregirse antes de que se efectúe la estampación en el cospel. Esta problemática, aparecía sobre todo, al intentar resolver la conversión de la elipse del cuño, en una verdadera circunferencia, cuando se improntara en la plancha de metal acuñado, ya que la presión del cilindro sobre el cobre maleable, producía una evidente deformidad.

Rodillo de la Ceca de Parma en Italia. Fotografía prestada de la "Asociación de Amigos de la Casa de la Moneda de Segovia"



Es evidente, lo estudiado que debía de estar, el paso de las leyendas, a la convexidad del rodillo, donde la curvatura del cilindro según el ángulo de posicionamiento de las letras, era siempre diferente, dependiendo de la zona delimitada del cospel donde nos encontremos, y de la posición e inclinación en las que se encontraran las sucesivas letras... problema, que es bastante más fácil de solventar, con un punzón plano, donde el artista, haría bascular la cabeza plana del mismo, sobre la superficie del rodillo, hasta conseguir el calado deseado.



En la casa de la Moneda de Madrid, existen rodillos con multitud de grabados en sus cuerpos... muchos de ellos, se ha constatado que eran pruebas de los grabadores, que evidentemente, utilizaban antes de conformar aquellos rodillos válidos. Esta teoría, se ha podido constatar y reafirmar, mediante el estudio de ciertos rodillos. Muchos de los cuales, aparecieron sin templar, siendo imposible por ello, que los mismos, aguantaran tanta presión al contacto con las monedas acuñadas.


Rodillo con diferentes pruebas de Hincado. Fotografía del maestro Glenn Murray.



El trabajo del grabador,  no acababa con el punzón y la impronta de él en el rodillo, continuaba mediante la corrección  y mejora directa, de los motivos artísticos del grabado en el cuño, mediante buriles y otras herramientas... Que dejaban ver, la gran destreza artística de estos artesanos.


En los maravedís de busto de Felipe  IV, al existir infinidad de punzones con grabados de las letras, puntuaciones, bustos... Entendemos que existían una gran cantidad de rodillos... Ésto puede ser debido a una gran demanda de este tipo de monedas y a un elevado desgaste de los cuños, aunque este último caso, no se diera siempre, pues
también nos encontramos, con monedas, en las que vemos fechas rectificadas, lo que nos da a entender, que en ocasiones, se reutilizaron rodillos de acuñación, con ciertas modificaciones, al paso del buril del artesano... En este caso, se demuestra la durabilidad de estos rodillos templados.


Es fácil ver cómo en las leyendas de los Felipes, existían punzones individuales de cada letra, ya que a veces no aparecen completas e incluso, como dijimos anteriormente, rectificadas... Fenómeno que venía dándose desde hace cientos de los atrás... Así se explica la infinidad de variantes de leyenda, arte y busto de estos Felipes...

Prueba de punzón sobre un plomo, de un doble excelente seguramente a nombre de los Reyes Católicos, en época de Carlos y Juana. Doble grafilia y doble escudo, lo que da a pensar, que en este caso, los motivos mayores conforman un todo y los punzones utilizados, recogen tales motivos, de manera unitaria y no divididos.


Para profundizar, tenemos el excelente estudio de Juan José Sánchez Castaño:

"Estudio a cerca de los rodillos de pruebas del real ingenio de la Moneda de Segovia"
Numista 254

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