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viernes, 24 de agosto de 2018

Proceso de fabricación de monedas en época de Felipe IV



Distribución de metales

Los metales de las diferentes Casas de Moneda peninsulares, provenían de diferentes sitios del imperio:

. Normalmente, la Ceca más abastecida fue la de Sevilla, por la cantidad ingente de metales preciosos que llegaron de las Américas.
Aunque en un principio se concibió la creación de otras cecas como la de Segovia (Real Ingenio), para aligerar la producción de la casa de la Moneda de Sevilla, (ya que la cantidad de metales que llegaban en el imperio de los Austrias, al sur,  desde México, Santo Domingo, Lima, Potosí, Santa Fé de Bogotá, era ingente) al final, en estas "fábricas" de producción, la procedencia de tan noble metal, fue otra.

. Metales provenientes de minas peninsulares. Ya desde tiempos inmemoriales, se utilizaron estos focos, sea, por poner un ejemplo, el caso de las médulas romanas en León.

. Particulares que ejercían el derecho de monedaje, en el que entregaban metales para recibir a cambio circulante acuñado, del que se restaba cierto valor económico al entregado, debido a la tasa de impuestos por fabricación y por regalía.

. En casos singulares de la historia, se consiguió metales de lugares muy variopintos, para monedas de necesidad, como las acuñadas en Pamplona, con Isabel II en las guerras carlistas (8 maravedís con ceca de Pamplona)

8 maravedís fundidos con ceca de Pamplona. Hecha con las campanas de las iglesias.


En otras ocasiones, se utilizó el cobre de cañones
8 maravedís de José Napoleón de 1812, ceca de Segovia, hecha con cobre de cañones.


Otras veces, fundieron plata de cubertería...
 8 reales de Felipe IV. 1633. Segovia (seguramente hecha con plata de cubertería. Desperfecto de cospel por "hojas")

2 Reales de Felipe IV de busto, de 1643. Madrid. Seguramente hecha con cubiertos de plata.


. Imperó también otra constumbre, la de utilizar circulante antiguo y fundirlo para establecer nueva moneda.
En este sentido, las diferentes pragmáticas como la de 1658/9, ordenaban que la gente llevara sus monedas, a las diferentes casas, para poder fundirlas o aplanarlas a golpe de martillo y reacuñarlas en otros cospeles con distinta acuñación. Entregándose finalmente una cantidad de monedas ya con los cambios establecidos (resellos, nuevo circulante) al "dueño" de las mismas (siempre menor, de lo que la Casa de la Moneda había recibido)
Resello a IV de La Coruña del anagrama PVS/RX. Con fecha de 1658/9.


En época de Carlos I y Felipe II, se seguían usando el mismo tipo de monedas procedentes de los Reyes católicos (estas monedas a nombre de los Reyes católicos se distribuyen en distintos periodos de los Austrias, y en época de Fernando e Isabel, curiosamente se realizaron a título póstumo... Es el caso de los ochavos y los maravedís a 4). También se utilizaban cospeles de monedas mucho más antiguas, como es el caso de este sestercio romano:


4 maravedís a nombre de los Reyes Católicos en época de Carlos I o Felipe II, acuñada sobre sestercio romano. Colección del autor.

Cuando existía premura en la acuñación y en época de guerras, se escogían monedas, se mal aplanaban y directamente se acuñaba encima, sin nigún tipo de cuidado en el resultado.

8 maravedís de Isabel II, acuñados sobre 6 cuartos de Barcelona. Puede verse la afuñación antigua, en la leyenda superior derecha.

. Otras veces, los metales empleados para crear los cuños, eran reutilizados y modificados por los grabadores (como en el caso de los 8 maravedís de Fernando VII con ceca de Segovia, que algunos se convirtieron en época carlista, en maravedís de Carlos V). Aunque ésto se hizo a "punta de pistola".


Fundición del metal y vertido en rieleras

El metal se fundía a altas temperaturas, para después verterlo en las llamadas rieleras. En estos recipientes, directamente se disponía del metal alisado en lingotes, para su posterior laminado. * Aquí es donde a veces existían errores de "fundición" ocasionados por un excesiva impureza de los metales (como se daba en ocasiones con la plata).

*Glenn Murray


Aplanado por martilleo o laminado

El metal, se alisaba a golpe de  martillo (en las acuñaciones a martillo) o  con rodillos (en las acuñaciones a rodillo).

El alisado en las rieleras (acuñación a molino o de "sangre), se disponía para pasar las veces que fuese necesario, por los rodillos de laminación.
En estos rodillos, se efectuaba la laminación, estirando y aplanando el metal por el paso entre los mismos.  A veces, en esta laminación,  podían aparecer los defectos ocasionados en la fundición por las impurezas de los metales, o por otras circunstancias en el proceso... dejando ver en esta elongación, las denominadas "hojas" (desperfectos en el cospel por falta de metal, o metal desplazado).

El balanzario

Era el encargado de pesar los cospeles obtenidos en el proceso de aplanado, ajustándose a la normativa impuesta según la pragmática expecífica. En los casos de acuñación a molino, el peso era posterior a la estampación del arte de las monedas y su recortado.
Se especificaba una tolerancia de peso (por "arriba y por abajo") según pragmática, y se deshechaban las piezas que no se ajustaran a la misma, volviéndose a fundir, para reiniciar el proceso.

Blanquimiento

El metal se aclaraba mediante procesos químicos. Se devolvía así ,el aspecto deseado, eliminado anyeriormente, por los procesos de fundición y de la laminación.

En otros casos (como en los vellones con alto contenido en plata de la producción monetaria de 1660 a 1664) se realizaban distintos procesos, para hacer emerger la mezcla de plata a la superficie de la moneda (este procedimiento no debe considerarse como un simple blanquimiento)

Acuñación

El abridor de cuños, o grabador, elaborana una matriz a través de la cual, establecía los cuños o rodillos de acuñación.

En las acuñaciones a martillo; se colocaba el cospel entre un cuño fijo, o pila (en el plano inferior) y un cuño móvil o troquel (sujetado por el monedero y golpeado con martillo)

A veces el martilleo, por cada moneda, era repetido, porque así el metal podía reblandecerse y el incado del grabado, era mayor. Otras veces, era menos repetitivo. (Llegando a acuñar 50 monedas o más por minuto)

En ocasiones se producían repintes (por rebote de los cuños en el metal o por repetición de martillaje de los mismos, cuando existía una pequeña desincronozación) y acuñaciones incusas (cuando la moneda se quedaba adherida al cuño y se golpeaba el siguiente cospel, quedando grabado el arte en negativo).

En las acuñaciones a molino; se disponen dos rodillos con la matriz de la moneda grabada en forma ovalada, ya que el riel a su paso por los mismos, se estiraba por la acción de la presión de éstos, y de dicha forma, se conseguía, que las monedas resultasen al ojo humano, circulares.

Control y libranza

Se excogían ciertas monedas y se guardaban, para tener constancia del tipo de producción que se había tenido en esa partida.
Posteriormente, se reflejaba en el libro de cuentas, cuantas monedas se habìan acuñado... el orden de tolerancia de las mismas, según pragmática...

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